Cuando se trata de control de acceso y administración de ID, hay muchos tipos diferentes de tarjetas disponibles. Dos de las más populares son las tarjetas IC y las tarjetas RFID. Es importante comprender las diferencias entre estos dos tipos de tarjetas para tomar una decisión informada sobre cuál es la mejor para su aplicación. En esta publicación, explicaremos los conceptos básicos sobre las tarjetas IC y las tarjetas RFID para que pueda tomar una decisión de compra más informada.
¿Qué es una tarjeta IC?
Una tarjeta IC (o tarjeta de circuito integrado) es un tipo de tarjeta inteligente que contiene un microchip integrado para almacenar datos o realizar funciones específicas. El chip almacena memoria y también se puede utilizar con fines de autenticación. La cantidad de datos almacenados en una tarjeta IC depende del tamaño de su microchip integrado, pero normalmente oscila entre 8 KB y 4 GB.
El tipo más común de tarjeta IC es una tarjeta inteligente sin contacto, que utiliza tecnología de radiofrecuencia (RF) para comunicarse con un dispositivo lector sin necesidad de contacto físico. Las tarjetas inteligentes sin contacto se utilizan a menudo en aplicaciones como control de acceso a edificios, sistemas de pago, emisión de billetes de transporte público y gestión de identificación. También se utilizan comúnmente en máquinas de punto de venta o máquinas expendedoras donde los clientes necesitan realizar pagos rápidamente sin tener que sacar su billetera o cartera.
¿Qué es una tarjeta RFID?
Una tarjeta RFID (o tarjeta de identificación por radiofrecuencia) utiliza un pequeño transpondedor instalado dentro de una tarjeta de plástico o llavero para transmitir información de forma inalámbrica en distancias cortas a través de ondas de radio. Siempre que estén presentes las credenciales correctas, el transpondedor puede activar un sensor o desbloquear la cerradura de una puerta a corta distancia, generalmente alrededor de 10 cm (4 pulgadas).
A diferencia de las tarjetas inteligentes sin contacto, las tarjetas RFID no requieren contacto físico con lectores u otros dispositivos para intercambiar datos o realizar tareas; simplemente necesitan estar lo suficientemente cerca para que sus transpondedores envíen señales entre ellos y el dispositivo lector. Esto los hace ideales para aplicaciones como seguimiento de inventario, seguimiento de activos, sistemas de pago sin efectivo y más. También se usan a menudo en tarjetas de identificación corporativas para que los empleados puedan acceder rápidamente a áreas seguras sin necesidad de pasar su tarjeta por un lector cada vez que ingresan o salen de las instalaciones.
Conclusión:
Al decidir qué tipo de tarjeta es adecuada para su aplicación, una tarjeta IC o una tarjeta RFID, es importante considerar factores como requisitos de seguridad, requisitos de proximidad (¿a qué distancia usará sus lectores?), restricciones presupuestarias y más antes de hacer tu decisión final.
Ambos tipos de tarjetas tienen sus propias ventajas y desventajas dependiendo de para qué las necesites; sin embargo, comprender estas diferencias puede ayudarlo a elegir qué opción se adapta mejor a las necesidades de integración de su sistema. ¡Esperemos que este artículo haya ayudado a arrojar algo de luz sobre por qué cada tipo podría ser mejor que el otro en ciertos escenarios para que pueda tomar una decisión informada al elegir entre ellos!